Carta abierta a Don Luis Enrique Martínez
Seguramente que durante sus largas jornadas de trabajo en la Ciutat Esportiva, junto a todos sus ayudantes, usted se estará estrujando el cerebro en busca de la mejor versión de su equipo, buscando las soluciones idóneas para cada partido, estudiando al rival de turno concienzudamente y aplicando su conocida cultura del esfuerzo en cada entrenamiento. En sus manos está la posibilidad de construir un nuevo Barça que sea imprevisible, atractivo y ganador. Todos los culés le apoyamos y confiamos en usted y, desde el humilde rincón de mi casa, me gustaría aportar mi granito de arena a la (re)construcción de un Barça campeón. Si tiene usted un minuto de su preciado tiempo, estas son mis impresiones para ayudarle en la maravillosa tarea de llevar al Barça a ser el mejor equipo del mundo.
Para empezar, debemos aprovechar al máximo la magnífica plantilla que tenemos en la actualidad, apostar por un once más o menos fijo y respetar la filosofía de juego de los últimos años, buscando nuevas mejoras tácticas aplicables durante el partido para dejar de ser previsibles y corregir los errores ya vistos en lo que va de temporada. Debemos alejarnos de las rotaciones estériles (Neymar y Suárez en Almería), situar a cada jugador donde su rendimiento sea máximo (Mascherano de pivote o Suárez de nueve), recuperar la presión tras pérdida como seña de identidad y mejorar en las jugadas de estrategia en ambas áreas. Dicho todo esto, debemos realizar un análisis, línea por línea, en busca del mejor dibujo táctico con el mejor once posible para conseguir nuestro objetivo.
La defensa: tres centrales + un carrilero
Partiendo del clásico 4-3-3, introduciremos la primera mejora en defensa, con la eliminación de un lateral y la incorporación de un central, ganando con ello los centímetros necesarios para el juego aéreo y evitando la subida de ambos laterales al mismo tiempo, lo cual causa agujeros imposibles de cubrir por los centrales y el pivote defensivo. Tanto Dani Alves como Jordi Alba deben ser las alternativas en los carriles y el trío central estaría compuesto por Bartra-Piqué-Mathieu, donde el canterano actuaría siempre en banda derecha (su pasado en las categorías inferiores así lo dice) y el francés en la izquierda, con Gerard en el centro desarrollando un papel de líbero, encargado de subir el balón desde atrás, lanzar un pase en profundidad y liderar la defensa. Ya es hora de apostar por él como titular indiscutible, a pesar de sus errores puntuales.
Con ellos podríamos utilizar la salida lavolpiana, sin necesidad de utilizar el pivote, para contrarrestar la presión adelantada de los rivales, seríamos más peligrosos en jugadas de estrategia y, a la vez, más poderosos en defensa, facilitarían con su posición la recuperación tras pérdida y ayudarían a mantener más juntas las líneas del equipo, obteniendo un grupo más compacto, tanto en defensa como en ataque.
El mediocampo: el cuarto hombre
Con la subida de un lateral en ataque estático conseguimos la segunda mejora, convirtiendo el 4-3-3 de inicio en un 3-4-3, dibujando un rombo en la sala de máquinas, la encargada de la creación del juego y principal punto débil del equipo visto lo visto hasta ahora. Con Sergio Busquets fuera de su mejor momento de forma (que sin duda volverá), el actual pivote defensivo debe ser Javier Mascherano, auténtico líder del equipo en estos primeros meses y principal bastión defensivo en la mayoría de partidos disputados hasta ahora. Con la subida del carrilero en una banda, la otra sería para un interior con recorrido, inteligencia táctica y magia en sus botas. La primera opción siempre sería Iniesta, don Andrés para más señas, que en plenitud de condiciones debe ser titular siempre.
Y llegamos a otra de las claves, la tercera mejora, a la que llamaremos el cuarto hombre, la punta del rombo en el centro del campo, la evolución hacia un estilo más vertical, pero sin renunciar a un estilo de juego que nos ha dado tanto, el tikitaka (perdón a los puristas pero es que la palabra me encanta). Para dicho rol debería haber sido fichado Ivan Rakitic que, incomprensiblemente, ha sido infrautilizado como interior defensivo en banda derecha, sin poder desplegar todo su fútbol ofensivo. En la mediapunta enamoró a media Europa y sería el nexo de unión entre sus compañeros y el nuevo tridente del que tanto esperamos. Para dicha función también tenemos a Xavi Hernández, cuya aportación debería ser básica, tanto deportiva como emocionalmente para la transición del equipo en la búsqueda de su nueva identidad.
La delantera: el tridente de oro
Solamente queda algo por hacer. Quizas sea lo más difícil, pero sin duda será lo que marque el futuro de este proyecto y que tanta ilusión genera entre el aficionado culé. La llegada de Luis Suárez es lo mejor que le podía pasar a este grupo humano campeón de todo. El charrúa viene cargado de ilusión y hambre de títulos y su integración con Messi y Neymar es fundamental para encajar todas las piezas y construir un equipo capaz de ganarlo todo.
Tal es la calidad de los tres astros que parece difícil encasillarlos, pero en principio son dos las posibilidades de situarlos en el campo. La mejor de ellas, a mi entender, es aprovechar al uruguayo como un nueve puro, con Messi en la derecha como punto de inicio de todo su fútbol y Neymar en la izquierda, donde ha conseguido explotar todas sus cualidades. Así lo demostraron frente al Ajax y el Almería, demostrando ser letales aún sin desplegar un juego colectivo al que estamos acostumbrados. Si encajaran todas las piezas, deberíamos ser no menos que imparables, pero eso el tiempo lo dirá.
La segunda opción también la conocemos, con un Messi centrado y algo más retrasado (posición que describí en mi artículo El nuevo Messi) con Neymar y Suárez como delanteros dibujando un triángulo, variante también muy válida pues la conexión Messi-Neymar alcanzó sus mejores momentos a principios de temporada mientras el uruguayo cumplía su desproporcionada sanción.
El once titular
Definidas las principales mejoras tácticas a las que usted, sr. Luis Enrique, podría optar para mejorar los resultados, sólo nos falta definir un once tipo, con sus variantes según sea el rival o la competición en cuestión. La elección de sus jugadores debe mantenerla usted fiel a sus ideas, pero hay algunos, no solo la pulga, que deberían jugar siempre (si su condición física así lo dice) y apostar por un estilo definido de una vez por todas hasta morir por ello. Aléjese de las dudas en los planteamientos y de las rotaciones sin sentido. “Seny, pit i collons”, como diría nuestro querido Tito Vilanova, es un buen punto de partida y junto a la calidad de esta plantilla podemos formar un once que demuestre al mundo que en Can Barça se juega mejor que en ninguna otra parte.
El primer once, la fórmula Luis Suárez, estaría enfocado a los partidos importantes, contra rivales más poderosos (Madrid, PSG, Chelsea, Bayern…) optimizando al máximo todos los recursos, mientras que la opción con Xavi en el campo se podría utilizar ante rivales que se encierran atrás (APOEL, Levante…)
En todo caso, debemos buscar siempre mejorar en cada partido, conseguir ser imprevisibles para sorprender a los rivales y luchar por todo lo que está en juego, por la calidad de la plantilla y por una afición que se merece la mejor versión de su equipo, la de un Barça campeón. Cada aficionado tiene en su interior un entrenador en potencia, y desde aquí he ofrecido mi visión para ayudarle, sr. Luis Enrique, para lograr su objetivo, que es el mismo de todos los culés del mundo.
P.D.: Gracias por su tiempo
Un Abrazo y Visca el Barça!
Un Culé en la Malagueta