Qué le pasa al Barça de Lucho? Por qué ha variado Messi su posición en el campo? Son preguntas que el aficionado culé tiene en mente. Vamos a intentar analizar la situación actual del equipo y las posibles soluciones de las que dispone el técnico asturiano.
1. Introducción
Desde la llegada del mister, su apuesta por la imprevisibilidad ha sido una de sus premisas. Concentró el potencial del equipo en el tridente y varió su habitual centro de gravedad, el mediocampo, hacia el ataque. Pasamos del Barça de los centrocampistas al Barça de los delanteros, en una evolución marcada tanto por los éxitos logrados (8 de 10 títulos) como por un sostén táctico, algo limitado, pero suficiente para tapar las carencias del juego.
Pero, qué le pasa realmente al Barça? Actualmente el equipo ya no gobierna los partidos como antaño, ya no somos tan imprevisibles y los rivales parece que nos tienen tomada la medida. Si plantean una presión alta, nos cuesta salir con la pelota y nos recuperan muy arriba. Si debemos superar una defensa en repliegue, nos cuesta mucho obtener ocasiones y dejamos espacios a la espalda que aprovechan los rivales para contras letales. Tras la debacle de París, parece que ha llegado el momento de cambiar, de dar un golpe de timón en el rumbo táctico del equipo para no abandonar la travesía hacia el triunfo.
Varias son las claves para explicar los defectos del 433 actual. Desde una plantilla descompensada por déficit de laterales y relevos de garantías para jugadores clave como Busi o Andrés, el dilema del interior derecho aún por resolver y, lo más importante, la nueva posición de Messi, mucho más centrada desde que ubicara su situación en la banda con la explosión del tridente.
De hecho, creo que el astro argentino, siempre pensando en el bien del grupo, ya ha abandonado definitivamente su posición de extremo y el mister deberá (o está en ello) acomodarlo en un nuevo sistema más eficiente para él y para todos.
1A. EVOLUCIÓN POSICIONAL DE LEO MESSI
Desde su debut con Frank Rijkaard, el rosarino ha variado su posición en el campo varias veces, según el entrenador que haya tenido. En el gráfico, podemos ver su evolución durante estos magníficos años.
En sus inicios, Leo parte desde la banda, demostrando una conducción de balón y un regate prodigioso, ya a su temprana edad, pero su influencia era todavía escasa pues el líder del equipo era un tal Ronaldinho, su auténtico mentor. Tras la marcha del gaucho y la llegada de Guardiola, su fútbol crece exponencialmente hasta encumbrarlo en la cima. La posición de falso nueve creada por Pep y Tito le otorga un radio de acción superior, todo el frente de ataque, dominando otros aspectos del juego como el juego combinativo y la definición, lo que le convierten en ese momento en el mejor jugador del mundo, lugar que ya no abandonará hasta que llegue el momento de su retirada y sea considerado por méritos propios como el mejor de la historia…
Tras el año convulso del Tata Martino, llegó Luis Enrique. Primero ubicó al rosarino en un triángulo en el que Leo era el vértice inferior, con dos puntas por delante, Neymar y (primero Munir y luego) Suárez a los lados. El equipo, en ese momento, no ofrecía su mejor versión. Los interiores debían cambiar su habitual rol de tocar y tocar, por otro más físico (Iniesta lo sufrió en sus propias carnes) y el juego no era fluido… hasta la catársis de Anoeta. Desde ahí, el equipo se encomendó a su tridente, se fue hacia arriba y logró repetir la hazaña del triplete.
1B. NUEVA ZONA DE INFLUENCIA DE LEO MESSI
Pero, con el adiós de Xavi Hernández y, sobre todo, la marcha de Dani Alves, el mister no ha conseguido descifrar el problema de la banda derecha. Ya no está el de Tarrasa para seguir sentando cátedra, ni el carioca que era su mejor socio. Aunque el peso de Iniesta en la izquierda es menor, todavía conserva el estilo, al igual que Busi, y el argentino se ha acercado a ellos en una cuestión de pura lógica. Leo se ubica donde el equipo le necesita y él interpreta en cada momento lo que le pide el partido: bajar a la base para ayudar a iniciar, participar del juego, distribuir, asistir e incluso finalizar.
Por eso, su posición media en el campo ha variado. Ya no está mayormente en la banda, sino mucho más al centro, donde puede ser el nuevo director de orquesta, el arquitecto, ese Xavi que domina el ritmo y la pausa, y asociarse en la sala de máquinas con los jugones pero sin dejar de ser el jugador más determinante del mundo. Valga como ejemplo (ver gráfico) el partido de UCL frente al Celtic para verlo con claridad.
2. El 3412. Un sistema para Leo
Sin embargo, la nueva ubicación de Messi deja al equipo descompensado en el flanco derecho del ataque. Su basculación hacia el centro ya no tiene marcha atrás, por tanto debemos crear un modelo, sin olvidar nuestra identidad, que aproveche al máximo las virtudes del mejor jugador de la historia, quizás en su última evolución.
2A. MESSI EN LA BASE
Desde su nuevo posicionamiento, vamos a rodear a Leo de los mejores creadores de juego, con visión táctica y lectura de juego, en la base de la jugada. Con esto, mantenemos el origen de nuestro estilo, el juego de posición.
Si en el clásico 433 el pivote, además de estar muy lejano al argentino, debe abarcar mucho espacio, en el 3412 (en adelante, 34M2) vamos a colocar un doble mediocentro, a diferentes alturas, para crear un primer triángulo combinativo. Sus acompañantes deben ser uno más táctico (Busquets, Rakitic) y el otro más asociativo (Iniesta, Sergi Roberto). Con esto ganamos en posesión de calidad y poblamos el mediocampo de jugadores impregnados de ADN Barça.
2B. MESSI Y EL ESCUDO
Para proteger la base de la jugada hace falta un buen escudo. Con la clásica defensa de cuatro, en plantilla tenemos buenos centrales pero escasean los laterales, la mayoría de ellos reconvertidos (Roberto, Aleix, Jordi). Solo Digne es lateral puro, pero como recién llegado y siendo integrante de la llamada segunda unidad, llegamos a la conclusión que el 433 tiene un problema con las bandas.
En cambio, en la plantilla hacia centrales estupendos, como Piqué (de los mejores del mundo en su posición) o Umtiti, que en apenas unos meses ha confirmado las mejores expectativas, o incluso el jefecito que, aunque no es su posición natural se nos antoja imprescindible todavía para el Barça más competitivo.
Por tanto, es posible configurar una defensa de tres centrales, en la que el reparto de espacios sea más equitativo, no dependamos de laterales reconvertidos que liberan espacios a su espalda por su vocación ofensiva natural y dotamos de una mayor seguridad defensiva al nuevo entramado táctico que estamos dibujando para Messi. Además, obtenemos una mejora en las posibilidades de salir con el balón jugado desde atrás y multiplicamos las opciones como receptor del astro argentino.
2C. MESSI Y LOS CARRILES
Para terminar de construir el armazón defensivo, debemos ocupar las bandas, algo que se nos antoja algo complicado por la ausencia de jugadores específicos, pero no imposible debido a la polifuncionalidad de la plantilla.
En un sistema con tres centrales, los carrileros deben ocupar un espacio mayor o, mejor dicho, su radio de acción es superior que en una defensa de cuatro, pues tienen que ocuparse tanto de tareas defensivas como ofensivas. Deben ser jugadores de largo recorrido y con buen fondo físico para subir y bajar la banda cuantas veces sea necesario. El perfil idóneo sería el de Jordi Alba, con Digne como opción más defensiva, por la izquierda. El de L’Hospitalet vería incrementado su rendimiento ofensivo y no estaría tan obligado a ocupar parcelas defensivas, donde su altura es un handicap que suele aprovechar el entrenador rival.
En el lado derecho, el mejor situado sería Sergi Roberto, sacrificado esta temporada por el mister en una posición nada habitual para él como lateral, pero que no ha desentonado demasiado en defensa, más allá de errores puntuales fácilmente comprensibles debido a su naturaleza ofensiva. Como opciones alternativas, la polivalencia y el trabajo de Rafinha sería una opción por la izquierda, a pierna natural, perdiendo profundidad pero ganando amplitud y trabajo defensivo. En la derecha, mi apuesta sería André Gomes, jugador que aun no ha encontrado su sitio en la medular, pues le faltan los mecanismos de un recién llegado y, sobre todo, rapidez de ejecución. En la banda, con espacio por delante con la basculación de Leo, podría ser un filón por explotar. Poderío físico y capacidad para conducir y batir líneas serían su aval.
2D. MESSI Y EL ATAQUE
Completada la estructura creativa y defensiva, vayamos a la parcela ofensiva. Si comprobamos las zonas de influencia actuales del tridente, basadas en mapas de calor, vemos como en el 433 hay zonas sin ocupar o, simplemente, desaprovechadas.
Con la posición de Leo más centrada, da la posibilidad a los carrileros de ocupar dichas posiciones, en función de lo que necesite el equipo en ese momento. Si la situación es un ataque en estático, daremos amplitud y/o profundidad. Si perdemos la posesión, estaremos mejor situados para realizar la presión tras pérdida debido a las distintas alturas ocupadas y el racionamiento del espacio a conquistar retocado y perfeccionado. Además, Leo se convertiría en el centro de operaciones del ataque, donde poder desarrollar todo su potencial ofensivo.
2E. MESSI ES EL SISTEMA
Definido el modelo en sus principales características, podemos afirmar que la posición de Messi es ideal para este «34M2», donde el rosarino es el protagonista, el alfa y el omega, comienzo y final de todas las operaciones, resguardado con un buen escudo protector, unas bandas más eficientes y un ataque mejor distribuido (ver gráfico):
Con este modúlo, en mi humilde opinión, el equipo mejoraría muchas situaciones de las que hablamos al principio, como los problemas en la salida de balón ante una presión alta, la soledad de Busquets en el pivote, la conversión de laterales en carrileros, el espacio libre creado por Leo en la banda (el dilema del interior derecho) o la facilidad que tienen los rivales para encontrar espacios entre líneas o a la espalda de nuestra defensa. La iniciativa volvería a ser nuestra, dando un giro táctico para volver a ser imprevisible y volver a gobernar los partidos, con un posicionamiento más racional y una vuelta a los orígenes, con el Cruyffismo por bandera.
Epílogo
Hoy en día, con un fútbol más previsible debido a un conocimiento más profundo, accesible y global, todos tenemos una visión más completa sobre este deporte. Todo es más difícil, todo cuesta más.
Debemos estar en constante evolución, pues fácilmente tus creencias se quedan añejas, superadas. Debemos, sin alejarnos de la idea original, evolucionar para volver a ilusionar. Sin perder el estilo, la posesión, el juego de posición. Mimando los deseos del mejor jugador de todos los tiempos, dándole las herramientas y los mecanismos necesarios para que siga escribiendo esa partitura, que suena como los ángeles, hasta cuando él quiera o pueda… Por eso no hay nada mejor que ver a D10S vestido de corto.
Por eso es que, cada vez que lo hace, pensamos en nuestro interior… yo vi jugar a Messi.
Un Culé en la Malagueta @jkv23