Tras superar el duelo liguero en Ipurua frente al Éibar, llega una semana en la que el Barça de Luis Enrique afronta dos duelos decisivos en el Camp Nou, Manchester City y Real Madrid, en los que se decidirán buena parte de los posibles triunfos a los que aspira este equipo, que no es otro que ganarlo todo. Si logramos superar esta primera etapa reina de la temporada, tendremos una semana en la que todos los culés del mundo podremos soñar con un nuevo y ansiado triplete.
El equipo llega en gran forma física, sabe a lo que juega y define los partidos basándose en una gran defensa y en su tremenda pegada ofensiva. Pero los partidos hay que jugarlos y, aunque sobre el papel seamos «favoritos», no dejan de ser dos de los mejores rivales de Europa. Por tanto, hay que afrontar ambos duelos con la intensidad y eficacia que el equipo está mostrando en este 2015, en el que, tras la tormenta perfecta de Anoeta (y el accidente frente al Chanquete Team malagueño) el equipo ha sufrido la transformación necesaria para contar sus partidos por victorias, llegando brillantemente a la final de copa (torneo en el que ha ganado todos los partidos), con grandes opciones de pasar a cuartos en la Champions y líder del torneo doméstico con posibilidades de dejar el camino libre para conquistar el título liguero que se nos escapó el pasado año por un suspiro.
Gracias a las rotaciones que efectuó frente al bravo equipo vasco, el míster tiene a su disposición el once de gala, con la excepción de la irreemplazable baja de Busquets, que no forzará su regreso para llegar en forma al tramo final de temporada, pues el de Badía es sencillamente imprescindible. Por tanto, la única duda reside en el acompañante de Piqué en el centro de la zaga, con el canterano Marc Bartra y el francés Jeremy Mathieu como candidatos. Basándonos en ese once ideal que encontró Lucho para los partidos importantes, el equipo que dispondrá el técnico asturiano podría ser el mismo para ambos duelos, con la conocida salvedad de los guardametas, pues el alemán Ter Stegen seguirá siendo titular en Europa y el chileno Claudio Bravo lo será frente a los de Ancelotti.
En la defensa hay tres posiciones bien definidas. Los laterales Dani Alves y Jordi Alba son, a día de hoy, titulares indiscutibles, más la aportación de un Piqué que se acerca, a pasos agigantados, a su mejor versión, que no es otra que ser uno de los mejores centrales del mundo y el mejor posible para el Barça. Ya veremos la decisión de Lucho para decidir la pareja de Gerard, pero en función del rival quizás yo apostaría por unos duelos Bartra-Agüero y Mathieu-Bale, pues las características de los oponentes invitan a ello. Ya veremos.
En cuanto al centro del campo, las posiciones (salvo sorpresa) también están muy definidas. Con la baja ya comentada de Busi, será el jefecito el dueño del pivote blaugrana. Aunque es cierto que Rakitic ha probado esa posición, creo que dicha opción quedó descartada tras lo visto en Ipurua, donde el pivote fue Sergi Roberto y no el croata, que jugó en su habitual puesto de interior. Además, el míster reservó en dicho partido al argentino para no peligrar su titularidad frente al eterno rival. Con Mascherano en el pivote defensivo, el equipo tiene a un mariscal en el campo (lo más parecido a Puyol), es agresivo en la presión y contagia a los compañeros la intensidad necesaria en este tipo de partidos. Insustituible, vamos. Casi tanto como sus acompañantes en la sala de máquinas (este año algo menos importante), la mejor pareja de interiores que dispone Luis Enrique, la dupla Rakitic & Iniesta, perfecta combinación de calidad técnica, trabajo y sabiduría táctica, una letal conexión para el tridente de oro que, además, aporta un plus defensivo tanto en la presión tras pérdida como en el repliegue defensivo. Las opciones de Xavi o Rafinha se contemplan más aportando minutos desde el banquillo, aunque no hay que descartarlas totalmente.
Donde no hay ninguna duda es en el ataque. Luis Enrique ha conseguido que el tridente de oro sea una realidad. Sus números ya asustan, pero no es sólo eso, sino la complicidad que hay entre ellos. Si en matemáticas obtendrán este año matrícula de honor, en química seguramente no se quedarán atrás. Messi ha aceptado su nuevo rol, desplegando su arte desde la derecha, pues sabe que su nuevo compañero Luis Suárez, en su puesto de ariete, le facilita espacios tanto a él mismo como a Neymar, que parte desde la izquierda. Los tres son una combinación perfecta de trabajo y calidad a la máxima expresión.
Todo es posible, pero si ganamos, el soñado triplete estará más cerca…
VAMOS BARÇA!!!
Como siempre tio eres el mejor . un fuerte aplauzo.
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Gracias hermano, un abrazo!
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